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La medida, aprobada esta semana por la junta directiva y notificada ante la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC), responde a una estrategia de reorganización interna orientada a reforzar las prioridades estratégicas de la compañía. Con sede en Austin, Texas, Bumble busca recortar 40 millones de dólares anuales en costos operativos. Según la empresa, una parte sustancial de ese ahorro será redirigido a fortalecer el desarrollo tecnológico y de producto, pilares clave en su plan de reactivación.
“Estas decisiones no se tomaron a la ligera”, expresó la compañía en un comunicado enviado a la agencia AP, en el que también agradeció profundamente a los empleados afectados y subrayó su enfoque en “consolidar el negocio principal y sentar bases sólidas para un crecimiento sostenido”.
El anuncio generó una fuerte reacción en el mercado. Las acciones de Bumble se dispararon más del 23%, alcanzando los 6,40 dólares por unidad durante la jornada del miércoles. Sin embargo, el repunte no compensa una caída prolongada: sus títulos acumulan una pérdida del 35% en los últimos 12 meses y un desplome cercano al 92% desde su salida a bolsa en febrero de 2021.
La compañía no precisó el calendario exacto de los despidos ni los puestos que serán eliminados, aunque informó que el proceso se extenderá a lo largo del año y generará un costo asociado de entre 13 y 18 millones de dólares —principalmente en los trimestres fiscales tercero y cuarto— por concepto de indemnizaciones.
En una carta dirigida al equipo, la fundadora y CEO Whitney Wolfe Herd calificó el momento actual como “un punto de inflexión” tanto para Bumble como para toda la industria del dating online. Reconoció que la empresa ha estado en un proceso de reconstrucción que demanda decisiones difíciles, pero necesarias.
Wolfe Herd, quien cofundó Tinder en 2012 antes de lanzar Bumble en 2014, había dejado el cargo de CEO en enero, pero volvió a asumir el liderazgo en marzo ante la urgencia de reposicionar la marca.
Pese al entusiasmo del mercado por los recientes ajustes, los números siguen siendo motivo de preocupación. En el primer trimestre de este año, Bumble reportó ingresos por 247 millones de dólares, una caída del 8% respecto al mismo periodo del año anterior. Para el segundo trimestre del ejercicio fiscal 2025, proyecta ingresos de entre 244 y 249 millones, por debajo de los 269 millones que registró en el mismo periodo de 2024.
La reestructuración de Bumble es, en esencia, una apuesta por sobrevivir en un sector altamente competitivo y en plena transformación. Lo que está en juego no es solo su rentabilidad, sino su relevancia en el universo digital de las relaciones.
