En un mundo donde las botellas de plástico dominan el consumo diario, al menos dos millones de llenados ya han salvado más de 400 millones de botellas de plástico. Y el número apenas comienza. HOPE Hydration, una startup establecida en Miami, acaba de cerrar una ronda Serie A de 20 millones de dólares con respaldo de Pentair plc y Burnt Island Ventures, con el objetivo de convertirse en la red más grande del planeta de estaciones públicas de agua filtrada y gratuita.
“Pensamos que el agua limpia debería ser tan accesible como el wifi,” afirma Jorge Richardson, CEO y cofundador, integrante de Forbes 30 Under 30. Su empresa se basa en una premisa sencilla, pero poderosa: combinar salud pública, sostenibilidad y tecnología. En los últimos dos años, HOPE ha instalado estaciones en estadios, aeropuertos, festivales y centros comerciales, alcanzando un impacto real en ciudades como Miami, Los Ángeles y Minneapolis.
Cada HydroStation™ cuenta con filtros Pentair Everpure, tecnología IoT e incluso pantallas LED de 55 pulgadas que exhiben publicidad. De este modo, la compañía monetiza la exposición sin cobro al consumidor, midiendo en tiempo real el número de recargas, plástico desviado y CO₂ evitado. Una fórmula que conviene tanto a organizaciones preocupadas por la huella ecológica como a marcas que buscan visibilidad sin intrusión. Esta apuesta convierte cada recarga en una acción sostenible: cero residuos y datos públicos a favor del medioambiente.
Con estos 20 millones, la firma planea expandir su red globalmente, acelerar la fabricación de estaciones y fortalecer alianzas estratégicas. Manila, revistas financieras aseguran, podría ser solo el comienzo: la meta es instalar estaciones en plazas, universidades, parques y eventos culturales de todo el mundo. La misión, más allá del agua, es cultural: reprogramar el hábito del consumidor para que recargar sea tan natural como un sorbo fresco.
En un momento histórico en que lo ecológico es bandera y lo funcional sigue siendo clave, HOPE tiene el potencial de redefinir cómo (y por qué) bebemos en el espacio público. Su estrategia equilibra innovación y responsabilidad colectiva: salva recursos, mejora el acceso y genera una nueva narrativa de consumo urbano.Y si todo sale según lo planeado, en unos años, comprar agua en botella será una rareza cultural, no una costumbre urbana.
La nueva inyección de capital convierte a HOPE Hydration en una de las startups más innovadoras de 2025. Porque cambiar la forma en que bebemos —y hacerlo sin costo para el consumidor— puede ser el primer paso hacia un mundo más libre de residuos. Una botella menos significa una calle más limpia. Y si se repite dos millones de veces, puede convertirse en un océano de cambio.