Max Verstappen volvió a demostrar por qué domina la Fórmula 1 moderna. Su victoria aplastante en el Gran Premio de Estados Unidos, tras liderar cada vuelta de la carrera y de la sprint, no solo redujo a 40 puntos la ventaja de Oscar Piastri en el campeonato, sino que reavivó una temporada que parecía decidida. El neerlandés, tetracampeón del mundo, habló con calma pero con fuego contenido: “La oportunidad está ahí. Solo necesitamos seguir entregando fines de semana como este hasta el final del año”.
Hace apenas dos meses, Verstappen estaba a más de 100 puntos del líder. Hoy, tras tres triunfos y una sprint ganada, Red Bull ha vuelto a encontrar la fórmula de la consistencia que lo llevó a dominar la categoría. Su actuación en Austin fue quirúrgica: ritmo impecable, gestión precisa de neumáticos y una serenidad que recordó sus mejores días en 2022 y 2023. Lando Norris y Charles Leclerc apenas pudieron seguirle el paso, mientras los McLaren se vieron golpeados por una doble retirada temprana en la sprint que dejó el camino despejado para el campeón.
Lo que parecía improbable al inicio del verano ahora suena posible. El quinto título de Verstappen no es solo una cuestión estadística, sino una narrativa en construcción: la del regreso de un campeón que nunca se da por vencido. La Fórmula 1 llega ahora a México, un circuito que históricamente se le da bien, con un ambiente que huele a revancha y a historia. Si mantiene el impulso, el neerlandés podría escribir otro capítulo de su dinastía con la misma frase con la que cerró el domingo: “Estamos listos para el final. El fuego sigue ahí”.
