Estados Unidos y China parecen estar muy cerca de cerrar un acuerdo que mantendría a TikTok operando en territorio estadounidense, después de meses de negociaciones tensas. El presidente Donald Trump declaró recientemente que Pekín ha dado señales de aprobación al marco negociado, lo que podría representar un giro significativo frente al riesgo inminente de prohibición de la app por leyes de seguridad nacional.
El problema de base nace de una ley aprobada en 2024 (PAFACA) que obliga a plataformas como TikTok, controladas por entidades identificadas como “adversarias extranjeras”, a vender sus operaciones estadounidenses o enfrentar el cierre. ByteDance, empresa china propietaria de TikTok, ha sido objeto de acusaciones respecto al acceso que podría tener el gobierno chino a los datos de usuarios y al algoritmo de la app.
El acuerdo marco que se negocia contempla que la mayoría accionaria de las operaciones dentro de Estados Unidos pase a inversionistas estadounidenses —se menciona a firmas como Oracle, Silver Lake y Andreessen Horowitz— mientras que ByteDance mantendría una participación minoritaria. Se habla también de crear una nueva entidad para los datos de usuarios estadounidenses, posiblemente alojados en servidores dentro del país, lo que permitiría un mayor control sobre privacidad y seguridad.
Sin embargo, persisten varias preguntas sin respuesta que podrían torpedear el acuerdo. ¿Cuánta influenza podrá conservar ByteDance, especialmente sobre el algoritmo que decide qué contenido se muestra a cada usuario? ¿Se podrá garantizar que la licencia del algoritmo no constituya una puerta para influencias externas? ¿Cómo supervisará el gobierno estadounidense que los cambios se hagan efectivos y que no haya compromisos maquillados?
Mientras tanto, Trump ha extendido ya varias veces el plazo legal para obligar la venta o el cierre de TikTok —la última extensión sitúa la fecha límite en diciembre 2025—, para dar margen de maniobra a la negociación. Esa extensión prolongada mantiene a TikTok funcionando bajo incertidumbre mientras se define su futuro legal y operativo.
Este posible acuerdo representa algo más que un arreglo técnico o legal: Significaría un precedente importante en la forma en que Estados Unidos intenta regular plataformas digitales extranjeras con gran influencia entre la población joven. Al mismo tiempo, pone sobre la mesa la tensión entre seguridad nacional, libertad de expresión, privacidad de datos y el papel del gobierno en intervenir en empresas tecnológicas globales. El resultado final no solo afectará a los cientos de millones de usuarios de TikTok en Estados Unidos, sino también al modelo de regulación que se impone en la era digital.