Nubank ha dado un paso clave hacia su conversión en una entidad financiera de alcance global al solicitar una licencia bancaria nacional ante la Oficina del Contralor de la Moneda (OCC) de Estados Unidos. Esta decisión marca un punto de inflexión: ya no basta con operar como fintech regional, sino jugar en la liga regulada del sistema bancario estadounidense.
La solicitud permitiría que Nubank, conocido por sus operaciones en Brasil, México y Colombia, ofrezca directamente productos como cuentas de depósito, tarjetas de crédito, préstamos y custodia de activos digitales bajo supervisión federal. En su comunicado, el CEO David Vélez subrayó que esta medida fortalecería su capacidad para servir mejor a clientes radicados en Estados Unidos y al mismo tiempo establecer las bases para captar nuevos usuarios con necesidades financieras similares.
Para su operación en Estados Unidos, Nubank planea estructurar una filial de propiedad total de Nu Holdings. Cristina Junqueira, cofundadora del grupo, ha sido designada para liderar esa operación en suelo estadounidense. El consejo directivo incluiría a figuras de peso: Roberto Campos Neto, expresidente del Banco Central de Brasil, fungirá como presidente del consejo local; también integrarán el órgano figuras como Youssef Lahrech, Brian Brooks y Kelley Morrell, especialistas con experiencia regulatoria y financiera en Estados Unidos.
La reacción en los mercados fue moderada pero favorable: las acciones de Nubank, cotizadas como Nu Holdings, subieron más del 1 % tras conocerse la noticia. Ese repunte refleja no solo entusiasmo por su expansión, sino también confianza de los inversionistas en que esta estrategia soporta expectativas de crecimiento de largo plazo.
Para América Latina, el anuncio tiene implicaciones profundas. Nubank ya ha consolidado en la región una base sólida de clientes: más de 120 millones en Brasil, México y Colombia, con una tasa de actividad que supera el 80 %. En México, su filial Nu México obtuvo recientemente la aprobación para transformarse en banco por parte de la CNBV, lo que le permitirá operar plenamente bajo la regulación nacional. Ese éxito local refuerza su credibilidad de cara al salto hacia Estados Unidos.
Pero no es un camino libre de riesgos. Obtener la licencia de la OCC implica someterse a exigentes estándares regulatorios, auditorías intensas y cumplimiento estricto en materia de seguridad, prevención de lavado y solvencia. La competencia en el mercado estadounidense es feroz: bancos tradicionales, challengers digitales y fintech consolidadas ya pelean por cada cliente. Nubank deberá demostrar no solo agilidad tecnológica, sino solidez financiera y cumplimiento regulatorio constante.
Si logra consolidar su operación en Estados Unidos, Nubank habrá alcanzado un hito que pocas fintech latinoamericanas han logrado: dejar de ser una promesa regional para convertirse en protagonista del mapa bancario global. En esa transición, sus decisiones —desde la estructura de gobernanza hasta la implementación operativa— definirán si puede sostener la ambición o sucumbir ante los desafíos del gran mercado.
