Estados Unidos ha actualizado su lista de avisos de viaje y, en la más reciente revisión, Brasil se suma a un grupo de destinos que ahora se encuentran bajo la categoría de advertencia de nivel 2, lo que implica que los viajeros deben “ejercer mayor precaución” al visitarlos. En esta clasificación, que no prohíbe los viajes pero alerta sobre riesgos potenciales, también figuran países como Emiratos Árabes Unidos, Jamaica, Tailandia, República Dominicana, Francia, Camboya e incluso la Antártida.
El aviso para Brasil responde a preocupaciones relacionadas con la criminalidad, en particular robos, asaltos y delitos violentos en grandes ciudades como Río de Janeiro y São Paulo, así como a ciertos incidentes de inseguridad en áreas rurales. Aunque el país sudamericano sigue siendo un imán turístico por su riqueza cultural, sus playas icónicas y su biodiversidad, las autoridades estadounidenses aconsejan a los visitantes permanecer atentos, evitar zonas de riesgo y utilizar transporte seguro.
La presencia de destinos tan diversos en esta lista, desde paraísos tropicales hasta enclaves turísticos de alto perfil, refleja que las advertencias no siempre responden a una crisis política o sanitaria, sino también a factores como delincuencia común, inestabilidad social o condiciones extremas. La inclusión de la Antártida, por ejemplo, se vincula con los peligros ambientales y las limitaciones logísticas que conlleva viajar a un territorio tan remoto y hostil.
Para países como la República Dominicana y Jamaica, el aviso reitera preocupaciones sobre delitos contra turistas y, en algunos casos, incidentes vinculados a actividades ilícitas. En Tailandia y Camboya, la recomendación pone el foco en ciertas zonas fronterizas donde persisten tensiones y en estafas frecuentes contra viajeros. Francia, por su parte, enfrenta un contexto de manifestaciones y disturbios sociales que pueden alterar itinerarios turísticos, mientras que Emiratos Árabes Unidos registra advertencias vinculadas a la geopolítica regional y restricciones legales que podrían sorprender a los visitantes desprevenidos.
Aunque el nivel 2 no implica una prohibición, sí marca un cambio en la percepción de seguridad y obliga a los viajeros a reconsiderar itinerarios y reforzar precauciones. En plena temporada alta, esta lista actúa como un recordatorio de que el turismo global, aunque más accesible que nunca, sigue sujeto a factores que pueden transformar unas vacaciones soñadas en un desafío inesperado. La clave, coinciden expertos en seguridad, está en informarse bien, planificar con rigor y viajar con una conciencia más alerta.